DECÍDETE
- MONTSE ASENJO
- 16 sept 2015
- 2 Min. de lectura

A veces nos encontramos ante un dilema mental, una decisión que hemos de tomar y nuestra mente no es capaz de ayudarnos a elegir. Es entonces, cuando nos bloqueamos y desearíamos tener una respuesta clara, una decisión certera que nos llevara por el camino correcto.
Durante toda la vida estamos decidiendo, es más, constantemente estamos tomando micro-decisiones que van dirigiendo nuestra vida sin ni tan siquiera darnos cuenta. Solamente cuando llegamos a una situación que no nos gusta, nos quejamos y pataleamos, rebelándonos contra lo que nos muestra la vida. Pero no nos engañemos, no es la vida, somos nosotros.
Siempre podemos decidir. En cualquier momento. Ahora, en este preciso momento puedes decidir si quieres seguir leyendo o dejar de leer, si quieres levantarte y tomar un café o quedar con tus amigos, si ir a buscar a tu hija o ir a ver a tus padres, si irte al gimnasio o relajarte, etc...Tenemos infinidad de posibilidades y nosotros decidimos. Lo que ocurre es que, la mayoría de las veces, somos "esclavos libres" sin percatarnos. Esclavos del trabajo, de la familia, del dinero, de nuestro físico,...
Infinidad de "debo de" invaden nuestra vida coartando nuestra libertad. Es por eso que en este post te invito a que reflexiones sobre ello. Que te pares y te cuestiones cuantas veces haces las cosas por decisión "debo de" o por decisión "siento que".
Plan de acción:
Cuando se te presente un dilema importante en tu vida en el que te cueste tomar una decisión acertada, te propongo hacer un ejercicio muy simple y que siempre da resultados positivos.
Plantéate en tu mente los escenarios a decidir. Escoge uno y visualízalo, y después haz lo mismo con la otra alternativa.
Ahora quiero que te concentres en tu cuerpo, en cómo te sientes. Verás que si haces la comparativa, con una decisión tu cuerpo se tensa y se incomoda, mientras que con la otra se relaja y ilusiona. Es una sensación sutil pero que, si concentras tu atención, percibirás.
Creo que es obvio quien tiene la respuesta y no es tu mente sino tu corazón. Otra cosa es que le hagas caso o no, pues nuestra mente racional y lógica nos pone delante mil y una "razones razonables" pero no por ello las más acertadas.
La mente es magnífica y excelente para estructurar, evaluar, racionalizar, operar,... pero le hemos dado tareas que no le corresponden. Jamás podrá ayudarnos a decidir aquello que nuestra conciencia sabe que es necesario para que nos sintamos felices y realizados.
Recurso:
VIDEO: Zona de confort
Cita:
"Toma decisiones desde el corazón y usa tu cabeza para hacer que funcionen".
Sir Girad
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